Si algo nos enseñó el año 2020 es que todo puede suceder, hasta las cosas que confiamos en que improbablemente sucederán, al menos a nosotros, no solo a los demás). No es mal momento, por tanto, para hablar sobre la seguridad de los datos. En el caso de la información, confiamos en la fiabilidad de las máquinas, los soportes de almacenamiento e incluso el software que los hace funcionar, los va a mantener funcionando perfectamente in aeternum, pero es así hasta que deja de ser así.
Como persona dada a mantener todo bajo control, baso mi tranquilidad cotidiana en unas rutinas que he ido desarrollando con el tiempo, especialmente en lo relativo al almacenamiento de la información. Con el paso del tiempo, he ido diseñando un conjunto de hábitos y técnicas que se adaptan a mis necesidades, y que voy a explicar y comentar.