He dedicado gran parte de los últimos meses a este proyecto personal, que supone mi bautizo en numerosos aspectos. Es mi primer proyecto de animación con personajes propios, pero también el primero en el que me estreno en el rigging de personajes, el uso de shape keys, la organización de proyectos usando librerías y el uso de técnicas de reducción de ruido.
Si tuviera que sacar conclusiones sobre la experiencia, lo primero que me vendría a la mente es el valioso aprendizaje que he adquirido, tanto en animación como en gestión de proyectos animados. En un principio, lo habría estado perfeccionando hasta el inifito, porque cada vez que lo visualizaba, imaginaba nuevas formas de mejorarlo, y hay varias partes que volvería a empezar, pero entonces sería un eterno proyecto inacabado, y el esfuerzo nunca merecería la pena. Así que me marqué un objetivo, un nivel mínimo de calida a alcanzar, y aquí estoy presentando por fin el resultado de mi esfuerzo.
No obstante, acometer en solitario un cortometraje de animación de siete minutos y asumir todas las escalas del flujo de trabajo, desde el diseño de los personajes, pasando por el modelado, el texturizado/shading, el rigging, la animación y finalmente el renderizado, es suficientemente ambicioso como para renunciar a ciertos aspectos para no eternizar la finalización. A nivel técnico he tenido que renunciar al uso de luces volumétricas porque los tiempos de renderizado se disparaban, y tampoco he usado público porque retrasaba demasiado también el proceso. A nivel de animación, y también por una cuestión de tiempo, decidí renunciar a algunos detalles como el parpadeo de los ojos, el que las manos toquen realmente las notas que suenan.
Por otro lado, los tiempos de render (una media de 10-20 minutos por fotograma) y la longitud de la animación también han supuesto dificultades, pero finalizar el proyecto ha sido sumamente gratificante. Ahora toca disfrutar del trabajo terminado, y seguir trabajando en los no pocos ideas y proyectos que tengo además de este.
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