Uno de mis objetivos personales para este año 2018 es aprender a montar en monociclo. Que los pedales son casi una extensión de mis piernas no es ningún secreto para nadie que lea este blog de vez en cuando, pero meterse en este nuevo mundo son palabras mayores.
Las razones de este propósito son dobles, por un lado es algo que me daba mucha curiosidad desde hace tiempo, puesto que me encanta conducir y montar cualquier cosa con la que me pueda mover (monto en bici, patino y tengo el carnet de coche y moto), y por otro lado terminé de culminar mi decisión cuando razoné que, de conseguir superar la curva de aprendizaje, podría ser una manera muy divertida y completa de mantenerme en forma, especialmente la zona del cuerpo entre las caderas y los hombros.