Entendiendo orgásmico como el adjetivo alegórico de las emociones que desencadenan estas canciones, hace tiempo que me apetecía realizar un top-seven de las canciones más pelipúnticas* de mi colección de música. Siento decepcionar a los ávidos buscadores de sexo, pero esta vez sólo hablo de música. Estas son las canciones que me hacen saltar, gritar y moverme de un lado para otro con los ojos en blanco.
* Canción pelipúntica: en el excéntrico y enfermo diccionario del autor, dícese de la canción con la capacidad para poner los pelos de punta.
Min skog (1994), de Hedningarna
Una sierra eléctrica deja claro desde el segundo cero que este tema no es una canción de cuna. Min skog (mi bosque) es una explosión musical del folk escandinavo de Hedningarna.
Far above the clouds (1998), de Mike Oldfield
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Una de las joyas que trajo consigo el álbum Tubular Bells III. Una canción con una orquestación y un ritmo progresivo absolutamente envolventes. Es como un huracán, el ritmo de las notas, cada vez es más intenso, arrastra todo a su paso. Por supuesto, lo mejor es dejarse arrastrar por esta ventisca musical.
Matsuri (1990), de Kitaro
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Lo mejor de algunas canciones de esta lista es el inicio sereno cuyo ritmo in crescendo va contagiando la agitación. Lo mejor es que tanto en los momentos calmados como en los más álgidos de la composición, la percusión juega un papel crucial. Imprescindible cerrar los ojos y subir el volumen al máximo posible.
Chorale VI -Sol-Fa- (1997), de Karl Jenkins
Descubrí a Karl Jenkins por su conocida saga Adiemus. Del segundo volumen sale este Chorale VI, que comienza con una simple cantata y acaba por transformarse en una desgarradora pieza sinfónica coral. Mejor escucharla.
Struggle for pleasure (1983), de Wim Mertens
Las manos de Wim Mertens son capaces de crear verdaderas emociones con una simplicidad instrumental sorprendente. Esta conocida canción, que pertenece a la banda sonora original de El viente del arquitecto es una de las canciones más inspiradoras de esta lista.
Art of war (2003), de Vanessa Mae
Como transición de lo clásico a un ritmo más eléctrico, la lista avanza hacia el Art of War de la violinista singapurense Vanessa Mae, otro huracán musical que no deja nada en pie.
Chronologie 2 (1993), de Jean Michel Jarre
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Para acabar la lista, Jean Michel Jarre, símbolo paterno de la música electrónica, me regala el Chronologie 2 para recordarme ya de paso la época en la que lo descubrí y me enamoré con esta frenética canción.
1 Comment
Por fin alguien coincide con mi idea de canción orgásmica. Increíble la de Matsuri.