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diciembre 2024

2024, el año de lo físico

Fragmento de mi tablón magnético

Si hay una impronta por la que recordar mi año 2024 a nivel personal, es un viraje progresivo y no planificado hacia las cosas tangibles, los elementos del mundo real, por así decirlo. Durante una larga época, lo digital dominaba muchas de mis facetas y ocupaciones, desde la fotografía, mis cortometrajes animados, la lectura e incluso este mismo blog sin ir más lejos.

Conservo intacta una de mis grandes pasiones, que es diseñar y crear, pero esta energía se ha transformado para atravesar la pantalla y materializarse en algo que poder tocar. Uno de mis primeros pasos fue poner un pie en la impresión 3D, lo que desencadenó casi infinitas posibilidades de creación que aún estoy descubriendo. El siguiente paso fue comenzar a crear con corte y grabado láser, lo que por sí mismo ya añadió más posibilidades, pero sumado a la impresión 3D, las multiplicó aún más. Esto, sumado a mis conocimientos de diseño y electrónica, abrieron la puerta a varios proyectos en los que me entusiasma, encabezados sin duda por mi nuevo escritorio, un meta-proyecto que espero terminar en la primera mitad de 2025.

En otro plano diferente, este año he vuelto a leer en papel, de forma definitiva. Sobre las razones que me llevaron a este cambio hablé hace unos meses por aquí y, acabando el año, me ratifico mi decisión, pues estoy disfrutando más de la lectura, que, más allá del disfrute, es uno de los varios hábitos de equilibrio emocional que quiero seguir consolidando en 2025.

La fotografía con película (no me gusta llamarla analógica, pero digámoslo así si lo prefieres), también apareció a lo largo de este año, restaurando mi vínculo con la fotografía y creando de nuevo un espacio donde disfruto con ella. Me hice con una preciosa Nikon F601 con la que disparé mi primer carrete en un par de décadas. Sobre esto no he hablado por aquí pero quiero hacerlo pronto, porque creo que es un tema sobre lo que merece la pena escribir aparte.

Por último y probablemente en el plano más personal, está el journaling. No me gusta abusar de los términos en inglés pero creo que es el término más preciso que conozco para denominar a un hábito que no es ni el diario personal de mi adolescencia, ni un registro de actividad. Es algo que se sitúa más cerca de una tarea de balanceo emocional que de un hobby. Aún no es un hábito totalmente consolidado pero espero que cobre la importancia que merece en este año que entra.

Podría mencionar más cambios, como un pequeño flirteo con la carpintería a pequeña escala, en parte derivado de trabajar la madera con el láser, y otros que van más allá de lo personal, pero vamos a descubrirlo poco a poco en este año que entra.

El láser hace mi aventura «maker» más intensa

Realizando un test de grabado sobre madera de pino

Acabando un año que, como diseñador, ha estado marcado por una transición de los píxeles de la pantalla hasta el plano físico, he dado un paso más en esto de «hacer cosas». Si comenzaba 2024 adentrándome en el mundo de la impresión 3D, hace poco he dado un paso más en la parte física del diseño introduciéndome en el uso de máquinas láser para corte y grabado.

Transformar mi rol de diseñador para crear objetos de la vida real ha sido, y está siendo, un camino lleno de desafíos, pero también realmente emocionante. Esta manera de crear conecta mucho con la parte del diseño que más estimulante me resulta, que es planificar y desarrollar una idea partiendo de premisas y necesidades. El diseño orientado a crear objetos o productos es un nuevo y fértil terreno donde poner a prueba la creatividad y el ingenio, por lo que estoy deseando experimentar todo lo que me va a brindar a combinación de la impresión 3D y láser.