Este es el camino que recorre la orilla del río Segura a su paso por la ciudad de Murcia, y era la excusa perfecta para recuperar mi serie de historias de la huerta. Hacía como seis años que escribí sobre el Reguerón, en el último post de esta serie, en gran parte porque he estado más de la mitad de ese tiempo viviendo en otras ciudades de España.
En algunas zonas como la ribera del río, Murcia ha cambiado mucho en los últimos años. Llámalo escepticismo acumulado, llámalo nostalgia o quizás por una vez han hecho las cosas bien esta ciudad, pero me ha sorprendido lo que he encontrado.
Aunque con un nombre muy poco original, copiado al calor de Madrid Rio, se ha creado un entramado bastante habitable con una variedad vegetal bastante interesante. Hasta se podría pasar por alto que ahora el carril bici en lugar de ser recto, nos obligue a serpentear entre los setos.
Ojalá este tipo de actuaciones se hicieran en zonas menos céntricas como la zona de vía recién soterrada, pero igualmente se agradece ese primer tramo revitalizado y renaturalizado, que hace iniciar el camino predispuesto a disfrutar la parte de senda ciclista que continúa tras dejar atrás la zona del Malecón, más salvaje pero igualmente interesante y disfrutable.