Una pepinera explosiva, así llamaba a esta planta cuando era pequeño.
En los paseos que daba por el campo (sí, he sido ese tipo de niño afortunado) me fijaba en esa planta silvestre que crecía en zonas agrestes y parecía una pequeña planta de melón o sandía, pues no en vano pertenece a la misma familia.
Descubrir cómo sus frutos «explotan» al mínimo contacto cuando están lo suficientemente maduros es toda una experiencia para un niño de corta edad, y así ha sido una planta que siempre ha pertenecido al imaginario de mi infancia, ya que además es una planta muy común en las zonas secas mediterráneas, que son las zonas donde siempre he vivido.
Ahora, ya casi peinando canas, y con pasado de fotógrafo, he encontrado realmente estimulante dar una vuelta de tuerca a esa experiencia de la niñez inmortalizando ese momento con el disparo ultrarrápido de mi cámara réflex.