Hace casi un año que decidí comenzar un proyecto de cortometraje con Benito como protagonista. La idea era muy simple, presentando a Benito conduciendo conduciendo un kart por las calles de Barcelona, y este trabajo estaba basado únicamente en la diversión de producirlo y el aprendizaje inherente a cada nuevo proyecto que realizo.
La intención era continuar la línea de proyectos basados en la integración de animación 3D en imágenes de vídeo real, que ya venía realizando desde unos meses atrás en forma de píldoras de vídeo, ahora convertido en un proyecto mayor como este cortometraje de cinco minutos y medio.
También es un proyecto que marca una transición simbólica entre dos etapas de mi vida, pues planifiqué y grabé todo el metraje de vídeo real durante los últimos dos meses de mi etapa en Barcelona, para terminar de realizar toda la parte digital del montaje ya desde Málaga, la ciudad que me acoge hoy en día.