Mi nueva maleta «Frankenstein» con lo mejor de Ortlieb y de Ibera

El resultado de este pequeño apaño es una maleta Ibera IB-BA11 montada con el antiguo sistema de anclaje de Ortlieb y una luz trasera de Cateye. En la decisión de este montaje han confluido e influido varios factores, desde el poco cuidado que en mi opinión dedica la marca Ortlieb a su gama de cestas/maletas para portaequipajes hasta la escasez de una oferta decente por parte de marcas alternativas.

Lo que no me gustaba de Ortlieb

Por un lado, mientras esta marca siempre ha mantenido una gama inmensa y súper variada de alforjas de todo tipo, siempre ha arrinconado su gama de maletas para portaequipajes. Cuando descubrí esta marca, los modelos, aunque con poca variedad, eran rígidos de poliruetano, y tenían un sistema de anclaje a prueba de bombas, además compatible con cualquier portaequipajes, tan duradero que de hecho todos los que tengo aún los sigo usando y me han servido para «ortliebizar» maletas de otras marcas.

Hoy en día, Ortlieb ha abandonado totalmente su antiguo sistema de anclaje por una suerte de juego de pinzas que si bien tiene la aparente ventaja de la universalidad (no hace falta anclaje) no es tan fácil de adaptar a algunos portaequipajes porque se engancha lateralmente (experiencia propia). Esto también significa que no solamente todas sus maletas anteriores han quedado obsoletas, sino que sin incompatibles con los nuevos modelos, pues la antigua plataforma de anclaje estorba al nuevo sistema de pinzas (también experiencia propia).

Por otro lado, todos los modelos para portaequipajes son ahora semirígidos, lo cual no está tan mal, pero con un sistema de cierre que no me convence nada. La última maleta que compré, ya con el nuevo sistema, se cerraba con unos elásticos que muy pronto perdieron elasticidad. Algunos modelos actuales se cierran por enrollamiento, al estilo de las alforjas.

Mi primera maleta de Ortlieb fue la Bike Box 2 (izquierda) con un tamaño más o menos decente y cuerpo rígido. Cuando se me rompió la cremallera con los años, tuve que comprarme la Bike Box 3 (derecha), que era más pequeña y con tapa de neopreno (aunque agradecí que se complicaran menos con la cremallera) que es de hecho la que he usado hasta estos días.

Cada cierto tiempo me da por buscar una solución para portaequipajes que tuviera mayor tamaño, pero sin suerte. Desde luego, la oferta actual de Ortlieb, parece variada porque hay muchos colores para elegir, pero prácticamente solo hay dos modelos realmente diferentes entre sí, la Trunk Bag con apenas 12 litros de capacidad, y la Up-Town, con algo más de capacidad (17,5 litros) pero una cubierta que cualquiera puede abrirte de un tirón mientras estás parado en un semáforo. Todas, en cualquier caso, con el nuevo sistema de montaje, más complejo y menos robusto.

Alternativas a Ortlieb

Con varias maletas compradas como la Bike Box 2, la Bike Box 3 e incluso la fantástica Shuttle, una trolley de 25 litros que he usado con y sin la bicicleta, me resistía a cambiar a otras alternativas como Klickfix (con muchísima más variedad) aunque, a pesar de estar abierto a la posibilidad, tampoco encontré una alternativa clara.

Todas tenían alguna pega, o bien eran demasiado pequeñas (lo más frecuente), o no me convencía mucho el sistema de anclaje, muchas tenían un anclaje de velcro muy poco práctico, y algunas como Ibera directamente necesitaban un portaequipajes especialmente diseñado para ellas, pues el portaquipajes mismo era el propio anclaje.

Mi desesperación llegó a tal nivel, que pensé en aprovechar el anclaje de mi primera maleta para «ortliebizar» una maleta de otra marca, o incluso una maleta pequeña de cabina, una posibilidad que consideré plausible durante bastante tiempo. La idea de las maletas de cabina surgió porque su tamaño se correspondía bastante con lo que andaba buscando, y muchas estaban fabricadas de poliuretano rígido, siendo bastante fáciles de adaptar.

Finalmente elegí la Ibera IB-BA11

Sí, la gran pega de las cestas de Ibera era que ni siquiera podría usarlas a priori con mi portaequipajes, pero tenían dos cosas que me parecieron muy interesantes: eran de las pocas que tenían un tamaño decente, y todas tenían una base rígida que haría fácil adaptarlas mis anclajes de Ortlieb. Finalmente, me decidí por la IB-BA11 y cuando llegó no me decepcionó nada: un tamaño muy generoso, multitud de bolsillos, bien forrada, bien acabada, con reflectantes, soporte para luz trasera, etc.

La única pega que tiene es que al ser textil, no es tan fácil de mantener limpia así que usaré la Ibera para mi día a día en la ciudad, y aún tengo la Ortlieb Bike Box 3 para las rutas caminos de tierra polvorienta. Por la misma razón, tampoco es impermeable, lo que solucioné comprando una funda impermeable Deuter Rain Cover Mini que encaja como un guante y cabe discretamente en uno de los múltiples bolsillos de la Ibera.

Comenzando la «ortliebización»

Compré la maleta Ibera teniendo claro que la iba a adaptar al sistema de anclaje de Ortlieb, aprovechando una pareja de base/anclaje de mi primera Bike Box 2 a la que se le rompió la cremallera.

La tarea fue sencilla, en primer lugar, tenía que marcar los agujeros a la altura que me permitiera abrir la tapa sin tropezar con el sillín, y al mismo tiempo no quedara demasiado retrasada.

En la imagen anterior, estoy marcando la posición de la base, para posteriormente realizar los agujeros con la broca fina, y finalmente fijar los tornillos, a los que le tuve que recortar longitud para que no sobresalieran de su tuerca.

El resultado es así de bonito: una señora maleta de 17 litros, con multitud de bolsillos, espacio suficiente, banda reflectante y un enganche para colocar una segunda luz trasera de pinza.