Catorce no es, a priori, una cifra redonda con entidad de efeméride, pero me gusta recordar de vez en cuando esta época del año, que coincide con el momento en que decidí usar la bici como mi medio de transporte habitual en la ciudad.
Lo interesante es que mi bicicleta, que sigue siendo la misma que aquel entonces, ya me ha acompañado en mi vida cotidiana por tres ciudades de España, aunque la última vez que recordé este evento aún vivía en Murcia, la primera de todas.
El año 2007 fue importante si hablamos de movilidad. A comienzos de año me compraba mi nueva bici, y en Agosto compraba mi primer coche nuevo. Lo curioso es que fue apenas dos meses tras la compra de mi nuevo coche cuando se convirtió en mi vehículo secundario. Desde entonces, mi idilio con la bicicleta no hizo más que consolidarse año tras año, conviertiéndose en un tema recurrente en este blog y en un amor que, como reza el título de esta entrada, ya dura 14 años, y contando. Mi coche también me sigue acompañando, pero él sabe que ella sigue siendo la primera.