De caja de fresas a organizador de despensa

El caos reinante en mi armario despensa ha ido in crescendo desde que me mudé a mi casa actual, y ha encontrado finalmente un aliado en mi vocación de reutilizar materiales, que me ha llevado a añadir un extra de comodidad con una inversión de cero euros.

El aspecto económico ha resultado especialmente decisivo, ya que actualmente vivo en una casa donde no tengo previsto permanecer a medio plazo, y los muebles, particularmente los de la cocina, son bastante viejos. Podría haber invertido dinero en buscar un resultado más ortodoxo, o incluso en comprar un aparador nuevo, pero en un contexto así, buscaba una solución pragmática aceptable a coste cero para ordenar y aprovechar el espacio dentro de los armarios, más allá de la estética.

Preparando las piezas

Sacando con cuidado las grapas

El primer paso, es lavar las cajas. En mi caso usé dos cajas de 2 kilos de fresas, muchas de las cuales aproveché en un delicioso postre vegano que me apetece mucho repetir.

Con las cajas lavadas (si las fresas no estaban demasiado maduras quizás haya sido suficiente limpiarlas en seco) retiré una por una las grapas. Para ello usé un destornillador plano con la punta suficientemente fina.

Colocando las escuadras a las escuadras

Después, atornillé un puñado de escuadritas metálicas que me sobraron de un una compra pasada a las esquinas de la caja, que harán a su vez de escuadras de las baldas. Usé una taladradora pequeñita por comodidad para los pretaladros, pero la madera es blanda y no es imprescindible.

Montando las baldas

Balda terminada

El último paso para tener la balda terminada es atornillar cada lateral de la caja a su correspondiente par de escuadras. Un par de tornillos han bastado, los imprescindibles para que no se mueva.

Instalando las baldas

Para el último paso tuve que vaciar el armario entero. Aproveché la ocasión para limpiarlo todo lo posible, y distribuí las baldas con el tipo de tarros que iba a colocar ya en mente, para distribuirlas de la manera más óptima, tanto vertical como horizontalmente

Resultado final

Armario con las nuevas baldas interiores y el contenido ordenado.

El resultado final no solo me otorgó el beneficio del orden, sino que éste orden, a su vez, trajo consigo un ahorro de espacio. En la parte de abajo, botes pequeños dejando más accesible lo que uso con mayor frecuencia (sal, aceite, sésamo, pimienta, café, etc.) dejando para la parte de arriba las harinas, la «recámara» de algunos ingredientes y algunos elementos de menaje de uso frecuente como la tabla de cortar y boles.

Defectos conocidos

Es evidente que la calidad de la madera de una caja de fresas no es precisamente la mejor, y esto trae consecuencias como que las escuadras no sean perfectamente rectas, o que las láminas tengan un ligero pandeo.

Las escuadritas metálicas que he usado tampoco forman un ángulo perfecto, razón por la cual las he colocado por encima de la balda y no por debajo, ya que de este modo las baldas quedan ligeramente empinadas hacia atrás, y no en pendiente hacia adelante, previniendo que ningún tarro se precipite.

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2 Comments

  • Reply bonsai 16 mayo, 2020 at 20:45

    A mi me pasa lo mismo, yo aun me tengo que ponerme a ordenar mis cosas a ver si me pongo, buen trabajo, un saludo

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