Este titular tan poético pero igualmente confuso, es la mejor manera que se me ha ocurrido de introducir uno de mis últimos pasatiempos. Uno de mis retos de este año era nada menos que aprender a preparar un plato nuevo cada semana, y el resultado hasta ahora está siendo sorprendente y gratificante a partes iguales.
Lo curioso es que hasta ahora, entre asados, postres, cremas para café, snacks y demás, una de las partes con las que más he disfrutado han sido los acompañantes fríos a base de verduras y hortalizas, por lo increíblemente polivalentes, fáciles de conservar y deliciosos que son.
El hummus de remolacha
El primer caso es el del hummus de remolacha. Un caso muy particular pues la base de cualquier tipo de hummus es el garbanzo, y a mí no me gustan las legumbres en general, pero durante una cena en un restaurante vegetariano, me descubrí a mí mismo repelando con avidez los restos de lo que originalmente era un bol lleno de hummus de remolacha y marcó el inicio de una reconciliación.
Gracias a este plato he introducido por primera vez legumbres a mi dieta, y aunque sigo sin poder probar un potaje de garbanzos, soy un nuevo amante de cualquier tipo de hummus, hasta el punto de que no solo lo preparo como aperitivo sino que es un acompañante habitual de otras comidas.
El tapenade
El hummus abrió la veda de un interés incipiente por este tipo de preparados, y no tardé en descubrir el tapenade, una receta de origen francés a base de aceitunas y tápenas, que se prepara en muchos países mediterráneos.
Se puede preparar con olivas verdes, pero me encanta el sabor y el color de las negras, que además forman parte de la receta original. En algunos países como España, suele incluir también anchoas, y así fue como lo hice,y me encantó al primer intento.
Gracias a la gran cuna de sabiduría que es Internet a veces, obtuve una idea muy sencilla de convertir este paté vegetal en un entrante sabroso de una manera simple: como relleno de unos rollitos de berenjena asados y aderezados con orégano.
Baba ganoush
El baba ganoush es una especie de paté de berenjena y también una receta de origen árabe igual que el hummus. Ya que al parecer funcionaba bien no solo como aperitivo frío sino para untar en pan, con esta receta tenía la expectativa de incorporarla a mi desayuno para alternar con mi tradicional tomate rallado.
Realmente no me equivocaba, un sabor que recuerda un poco al hummus gracias al comino, pero más suave en textura y sabor, y por tanto perfecto para desayunar y romper un poco con la rutina del tomate rallado.
Es una pena que a través de la pantalla no se pueda oler ni saborear, pero aquí quedan las fotografías como testimonio de un 2019 que ha comenzado con muchas satisfacciones gastronómicamente hablando.
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