Esta semana se cumplen dos años desde que publiqué KISS – An Animated Show, un cortometraje animado que emulaba un concierto de la mítica banda. Es un aniversario especial porque supuso mi primer proyecto independiente de animación, en el que además fui responsable de todo el proceso, incluyendo la creación de los personajes y el escenario.
enero 2019
No cabe más salud en una sola foto. No estoy contribuyendo a contaminar mi ciudad, me mantengo en forma, compro sin plástico ni residuos, y como sano. Casi nada, ¿verdad?
Hace cinco años escribí un artículo sobre ir en bicicleta a hacer la compra, y hoy en día sigo haciendo apología, aún más convencido si cabe, de realizar las compras cotidianas pedaleando sobre dos ruedas. Y esto es así porque las razones son hoy incluso más numerosas que entonces.
Hace un año por estos días, estaba comenzando una de mis metas para 2018, que era aprender a montar en monociclo. Fui humilde y me otorgué 365 días para ser capaz al menos de «conducirlo», pero con un poquito de ganas y sin demasiado tiempo para dedicarle (con suerte un par de sesiones a la semana), antes del verano ya lo montaba con soltura y sabía describir curvas, en verano rodaba sobre terreno irregular como tierra, y para Otoño ya era capaz de montarme sin un elemento de apoyo.
La experiencia en general, fue tal cual la imaginaba, habiendo leído sobre el tema en Internet y mirado hasta el último vídeo sobre monociclo en Youtube. Sabía que no iba a ser fácil, y que la etapa inicial sería frustrante. Lo que no imaginaba era la explosión energética que demandaba, ya que si bien había escuchado consejos sobre practicar una hora al día, yo a los 20 minutos ya estaba cansadísimo. Incluso actualmente me resulta un ejercicio bastante intenso, que normalmente no practico más de 45 minutos seguidos.