Hace aproximadamente un año y medio terminé de construir mi nuevo escritorio, que es a su vez mi espacio de trabajo. Después de muchos años cambiando y reformando continuamente esta parte tan importante de mi hogar, decidí emplear un año entero recopilando ideas sobre cómo debía ser mi escritorio y planificando el espacio para que resultara lo más duradero posible.
Las premisas eran las siguientes:
- Debía ser totalmente desmontable y no requerir instalación de obra (por ejemplo taladros en pared) ya que no entra en mis expectativas tener una casa en propiedad
- Debe estar diseñado en una estructura «todo flotante» para facilitar la limpieza.
- Debe cubrir todas las necesidades y resultar cómodo de usar.
- Debe resultar higiénico visualmente. Cumplir todas las funciones, pero al mismo tiempo no resultar innecesariamente recargado.