Hay muchos factores negativos de la vida cotidiana a las que estamos acostumbrados por puro adormecimiento, por un sentimiento de anestésica costumbre. Uno de los más tangibles, a pesar de lo peligrosamente natural y aceptado que resulta hoy en día en las ciudades, es la contaminación del aire.
La adquisición de una máscara antipolución estaba entre mis tareas pendientes desde hace varios años, y finalmente me decidí a realizar la inversión. Uno de los motivos de ese retraso es que quería informarme bien sobre hasta qué punto era peligroso y real el problema de la contaminación, y también sobre si realmente una máscara antipolución cumple la función para la que está destinado.