Si quieres un animal que sea dócil, cariñoso, adiestrabe y fiel como un perro, mimoso, independiente y limpio como un gato, y que tenga una carita adorable y que apenas requiera atenciones ni gasto veterinario como un periquito, tengo una mala noticia para ti: ese animal no existe. Absolutamente todas las mascotas tienen sus dos caras de la moneda, y no debemos introducir un animal en nuestra vida si no somos capaces de aceptar esas dos caras.
Un hurón, comparado con un perro, es bastante juguetón, curioso y travieso. Ni mucho menos tan obediente ni adiestrable, pero mucho menos dependiente en cuidados y rutina diaria.
Un hurón comparado con un gato, es independiente y limpio. Él puede aprender a hacer sus necesidades en su bandeja, se asea concienzudamente a diario igual que un gato, y si bien tiene mayores necesidades afectivas, la atención que requiere puede concentrarse a sus escasas horas de vigilia, que incluso se pueden sincronizar fácilmente a nuestro horario y ritmo de vida.
Ahora bien, yo tengo un checklist que creo que puede ser bastante útil para cualquier persona que esté pensando (o dudando) si tener un hurón como mascota. Algunos puntos se esclarecen fácilmente conociendo el hurón de otra persona en vivo, algo que por otro lado me parece imprescindible, pero algunas otras cuestiones requieren un diálogo interior para tomar una decisión consecuente. No suelo escribir en segunda persona y menos en imperativo, pero creo que en esta ocasión es más que necesario. Así pues, veamos qué creo que debemos tener en cuenta.
- No tengas un hurón si no tienes paciencia. Creo que este punto se merece estar el primero. Los hurones pueden ser muy tercos, y la manera de educarlos no tiene nada que ver con la de un perro. Sobre la educación hablaré en futuras entradas.
- No tengas un hurón si eres alérgico o crees que puedes serlo. Lo primero es asegurarte, un animal es un ser vivo y no se adquiere y se devuelve como un artículo de consumo. En mi caso, soy alérgico a algunos gatos si paso demasiado tiempo con ellos, y en algunos casos a algún perro, pero jamás a un hurón. Así que, aunque el hurón no es un animal que yo relacionaría con alergia, recomiendo encarecidamente tanto hacerse las pruebas de alergia como interactuar con el hurón de otra persona para estar seguro.
- No tengas un hurón para molar. Sé que igual estás borracho de ver vídeos divertidos en Youtube como [1], [2] o [3]. Pero si principalmente estás pensando en hacer furor con tus visitas, en subir likes en tu Instagram, y fundamentalmente te gustan porque son ‘cool’, desde luego esta no es tu mascota. Y por favor, ignora artículos de mierda como este de la revista GQ, que ensalza las virtudes de tener un hurón para molar mucho, para ligar, y demás cosas por las que no merece la pena detenerse a mencionar.
- Si no te gusta el olor característico de un hurón. A tí o a quien viva o vaya a vivir contigo. Esto es fundamental, y cada persona tiene una percepción distinta no solo del olor de los animales, sino del olor en general, así que te aconsejo que dejes de buscar «cómo huelen los hurones» en Google e intentes comprobarlo por ti mismo, algo que de todas maneras recomiendo encarecidamente para comprobar otras cosas como una rara aunque posible alergia. Valga decir que a mí me encanta. El olor puede variar de machos a hembras, e incluso cada hurón huele distinto (yo distingo el olor de Kiwi del de otros hurones que he conocido) y disminuye drásticamente cuando están castrados, sobre todo en machos, pero aun así, hay personas a las que por prejuicio o simple sensibilidad no les gusta. Te aconsejo descubrir por ti mismo si tú eres una de esas personas, y que aún no siéndolo, tengas claro si te va a importar la opinión al respecto de tus visitas habituales.
- Si no le vas a dedicar el tiempo necesario. Aunque duerman durante casi todo el día, y adapten sus ciclos a los tuyos, son animales sociales, gregarios y con necesidades afectivas, que padecen y sienten y van a requerir no solo tu mero cuidado, sino un alto grado atención e interacción, cuya parte positiva es que estará concentrado en sus horas de vigilia, que se adaptarán a tu horario en poco tiempo. Pero recuerda, no basta con “lo dejo suelto y que corra”, tu pequeño peludo va a necesitar/querer que interacciones y juegues con él.
- Si eres aprensivo con las heces, o no te gusta limpiarlas. Ellos tienen el tracto digestivo muy corto y pueden llegar a hacer muchas veces al día (Kiwi puede hacer unas 7 veces en invierno). No hay que estar pendiente para recogerlas una a una ni al momento, pero es conveniente limpiar diariamente su «WC», e idealmente incluso dos.
- Si no puedes asumir que a pesar de estar educados, no harán caca en su sitio el 100% de las veces. Pueden llegar a aprender a usar una bandeja sanitaria igual que un gato y en general son muy limpios, pero no lo harán el 100% de las veces por varias razones, una de ellas es que su corto tracto digestivo no les permite retener fácilmente, así que no correrán a la bandeja si no está suficientemente cerca. No será «educarlo» y olvidarte. Aunque sean pocas veces (depende del hurón) vas a limpiar cacas «fuera de sitio» de vez en cuando.
- Si quieres una mascota peluche. Los hurones son cariñosos a su manera, pero no son por lo general un animal mimosete que se te duerma en el regazo. Si quieres una bolita peluda mimosa que acariciar durante horas en tu regazo, estás buscando un gato. Es cierto que hay hurones muy mimosos y que toman por costumbre acurrucuarse con los dueños, pero aunque no es anecdótico, tampoco es lo habitual. Ellos prefieren pasar jugando y explorando las pocas horas que están despiertos al día, y a la hora de dormir, les gusta meterse en sitios resguardados que parezcan una madriguera, no estar expuestos encima de algo. Respeta su instinto y te darán lo mejor de sí.
- Si crees que tienen lo mejor de un perro y de un gato, pero nada de lo malo.
- Si no has comprobado si eres alérgico. No te arriesgues a tenerlo en casa para comprobarlo, por tí y por él.
- Si quieres o necesitas una mascota que pueda andar suelta por la casa sin supervisión. Que puedan ser más independientes que un perro y que descansen en una jaula no quiere decir que cuando esté libre puedas olvidarte. Como resumen, puedes imaginarte un hurón como un niño de un año que nunca crece. Curiosidad infinita, sin noción del riesgo, juguetón y enredador. Por tanto hay que estar pendiente de que pueda trepar a un sitio del que pueda caer, que pueda entrar en un sitio del que no pueda salir, que pueda comer algo malo, etc.
- Si no vas a poder proporcionarle un entorno adecuado. Tanto adaptando los peligros como en resguardo de calor y frío. Que soporten formidablemente bien el frío no supone despreocuparse de ofrecerle un entorno resguardado y protegido para descansar, y en cuanto al calor, los hurones son más sensibles a las altas temperaturas que otras mascotas, y que la temperatura rebase los 27-28ºC puede resultar peligroso, así que hay que prestar atención a la temperatura sobre todo en verano.
Quizás me deje algún punto importante (iré actualizando la entrada) pero creo que estos son los puntos fundamentales a tener en cuenta incluso antes de plantearse seriamente añadir un peludo alargado en nuestra vida. Creo que si hemos pasado con éxito esta lista, estamos muy cerca de ser unos padres adoptivos adecuados.
2 Comments
Muchísimas gracias! Yo tengo en mi familia un hurón al que amamos y coincido contigo completamente!
¡Me alegro mucho Selene! ️