La foto que acompaña este texto es la foto de un tesoro. Es la simulación del unboxing de la versión en soporte físico del extinto Mandrake Linux 8.1 y es el retrato de mi primer contacto con Linux, el momento que marcó un antes y un después en la forma de relacionarme con un PC. Puede parecer exagerado y tendencioso, pero es así como lo concibo casi doce años después.
A pesar de que Linux es gratuito y libre, por entonces tenía una conexión a Internet de 56k sin tarifa plana que hacía imposible plantearme bajarme una ISO y grabarla para instalarlo cómodamente, algo totalmente corriente hoy en día. Así que, entre tres personas compartimos las 11000 pesetas que costaba el pack oficial de la distribución de Mandrake, una de las que supuestamente eran más sencillas de instalar, e instalé con orgullo mi primer Linux en mi por entonces Pentium 200 MMX con 32MB de memoria RAM sin ningún tipo de problema.
Doce años después, no concibo manejar un ordenador sin un sistema de paquetes totalmente metódico y ordenado, ni usar un software que no sea libre (salvo contadas excepciones). Tampoco podría vivir sin un sistema de archivos totalmente robusto como es ext4, sin un sistema de cifrado de volúmenes como EncFS y mucho menos sin un sistema de unidades de red cifrado como es SSHFS entre otras cosas. No recuerdo lo que es un virus, una vulnerabilidad grave sin solucionar, un navegador plagado de barras instaladas por error, una barra de notificación plagada de funciones absurdas, lo que es tener que reiniciar para instalar un driver, lo que es el funcionamiento degenerativo de un sistema y así un largo etcétera.
En definitiva, cada vez que miro esta reliquia de la fotografía, y cada vez que pongo mis dedos sobre el teclado, me alegro hasta el infinito de haber tomado la decisión de darle una oportunidad a ese por entonces desconocido sistema operativo del pingüino.
2 Comments
Exactamente lo mismo por aca.
Con la excepcion de que fué una mandrake 8.1 que venia con la revista y pentium 133mhz con 16 de RAM.
Totalmente de acuerdo con los resultados, pero tampoco sin olvidar las miles de horas necesarias para intentar domar a la bestia.
Por aquel entonces usé recien fresco kde 2.0, seguidamente me quedé con WindowMaker por 7 años lo menos, un año con gnome2 (pereza), volví al windowmaker y ya llevo casi 2 años con Awesome (que no está mal aunque sigue teniendo sus pegas).
En fin, linuxeros. :)
Yo al principio estaba bien con KDE, el escritorio por defecto en MDK, pero con el tiempo acabé cambiando a XFCE que es lo que uso muy contento desde hace años ya.
No conocía Awesome, le echaré un vistazo.