De vez en cuando las historias tienen final feliz. Una de esas historias es la de uno de mis cactus, que contrajo hongos hace tres años y me obligó a realizar una operación de emergencia para salvarlo.
Lo que me motiva a escribir esta historia es que ha florecido por primera vez en los tres años que han transcurrido desde su intervención. ¡Y tanto que ha florecido, me ha regalado seis efímeras aunque preciosas flores!
Es por eso que merece la pena desempolvar las fotografías que realicé durante la ‘operación’ y mostrar su envidiable estado después de todo este tiempo.