Aunque en el frío otoño, durante su período de reposo, muestra un aspecto escuálido, mi impaciente Aenoium arboreum var. atropurpureum no espera a la primavera para desplegar sus encantos. Sus hasta entonces atrofiadas rosetas se extienden y sus hojas adquieren el característico color de vino tinto de esta variedad. Todo un espectáculo al que ninguna foto puede hacer justicia
No Comments