Es interesante caminar y ser observador. A ras de suelo, decenas de escaparates, gente andando apresuradamente, bullicio, ruido de motores… y tan sólo unos pocos metros más arriba unos Antirrhinum majus en flor apuran las últimas horas de sol descansando sobre el saliente de una pared.
De la tranquilidad y la calma que me transmitía ésta última imagen me despertó el claxon de un coche todoterreno que me recordó que yo no estaba arriba con esas flores, sino abajo, donde los escaparates, el bullicio y los motores, y que le estaba estorbando el paso.