Lo bueno de septiembre es que empieza a borrar la gente de las playas y éstas vuelven a ser un espacio natural como lo puede ser la montaña o un prado. Todo esto es aún mejor si se trata de cierta cala con un acceso complicado.
Un escenario ideal para hacer una sesión de fotografía divertida, pasarlo bien hasta bien entrada la noche y de paso probar en nuevas situaciones mi kit de disparadores/receptores por radiofrecuencia y el flash Nikon SB-900. Para muestra, un botón.
2 Comments
Me debes unas fotos.. decentes xDDD :-P
La tendrás, la tendrás… ;)