Vivimos en un mundo en el que la realidad oculta gente sola e insegura de sí misma, y al mismo tiempo vivimos en la sociedad en la que la base común es la apariencia y la posición, ergo vivimos en un mundo donde predominan deseos frustrados, mentes intolerantes y vidas vacías, en el cual las personas sin miedo a mostrar su naturaleza, ser sinceras y mostrarse vulnerables forman un club cada vez más selecto y disperso.
septiembre 2009
Está claro que mi servidor casero va a funcionar sin monitor, por si todavía quedaba alguna duda. Sólamente lo tendrá conectado durante el proceso de instalación hasta que no pueda empezar a administrarse remotamente (por ejemplo por SSH).
En este capítulo voy a explicar cómo hacer dos cosas distintas pero procedentes de una misma limitación: el servidor no tiene forma «humana» de comunicarse, es decir: no tiene teclado, ratón ni monitor. En primer lugar cómo iniciar y parar el sistema de vigilancia sin monitor ni teclado y en segundo lugar cómo construir y hacer funcionar un panel de tres leds que indiquen el estado de diversas funciones del servidor, como por ejemplo si está el servidor de vigilancia activado en ese momento o no.
Lo primero es fácil de conseguir de muchas maneras (por ejemplo asignando un botón al mando a distancia) pero me voy a centrar en la que a mí me gusta más. Voy a usar el botón de encendido de la caja para activarlo/desactivarlo. El principal motivo para preferir este método es que es muy sencillo de aplicar y el segundo es que el botón de encender funciona como un pulsador simple (no interruptor) de modo que en un futuro puedo poner ese botón donde yo quiera con tan sólo cablear, o incluso y también posible, hacer un pulsador inalámbrico codificado para apagar el sistema de vigilancia antes de entrar por la puerta.
Del profundo mar en calma, salen dos serpientes de inmensas espirales. Por encima de las olas levantan su cresta y su pecho mientras el resto de su cuerpo se desarrolla a flor de agua.
Una de ellas ahora me aprisiona en medio de dos vueltas y me oprime con el doble anillo de su amor y yo intento romper su nudo.
Son de Mar, (Bigas Luna, 2001)
Lo bueno de septiembre es que empieza a borrar la gente de las playas y éstas vuelven a ser un espacio natural como lo puede ser la montaña o un prado. Todo esto es aún mejor si se trata de cierta cala con un acceso complicado.
Un escenario ideal para hacer una sesión de fotografía divertida, pasarlo bien hasta bien entrada la noche y de paso probar en nuevas situaciones mi kit de disparadores/receptores por radiofrecuencia y el flash Nikon SB-900. Para muestra, un botón.
Estos días en los que uno vuelve física y espiritualmente renovado del camino de Santiago son muy propicios para emocionarse con cancionazas como ‘Home is where it hurts’, de la cantante francesa Camille. Si no me creéis, echad un vistazo a la letra y por favor, ¡escuchad la canción!. Pelipúntico, sin duda.
My home has no door
My home has no roof
My home has no windows
It ain’t water proof
My home has no handles
My home has no keys
If you’re here to rob me
There’s nothing to steal
A la maison
Dans ma maison
C’est là que j’ai peur
Home is not a harbour
Home home home
Is where it hurts
My home has no heart
My home has no veins
If you try to break in
It bleeds with no stains
My brain has no corridors
My walls have no skin
You can lose your life here
Cause there’s no one in
Home is not a harbour
House not a hearse
Home is not a harvest
Home is where it hurts
Né dans l’œuf
Oui c’est au fond de l’œuf que l’on se tue
T’a posé tes clés
Là où t’es t’es bouclé
T’as posé tes pieds
Là où c’est hanté
My home is no one