Hace un tiempo compré un escáner específico para negativos de 35mm y diapositivas. Entre las fotos que estoy escaneando he encontrado algunas de las que yo nunca tuve copia en papel, de modo que muchas fotos de mi propio pasado las estoy viendo por primera vez, y es una sensación curiosa y emocionante a la vez. Quizás se puede explicar imaginando que es como si volviera a ver una película en casa, y viera una parte que no vi la primera vez porque me quedé dormido o fui al aseo en ese momento… y es como ver la película de nuevo. Es como hacer un replay en directo del pasado, como una segunda oportunidad, como tener el privilegio de vivir dos veces el mismo momento de una vida.
A veces pienso que de gran parte de mi pasión por la fotografía tiene la culpa mi obsesión por enfrascar recuerdos, a mi miedo visceral a olvidar o perder el pasado. Y es que la fotografía nos hace inmortales a ojos de los demás y también viceversa; hace a las cosas perennes a lo largo de nuestra vida, por fugaces que hayan sido en su momento. Y eso es lo mágico, saber que tengo la suerte de poder guardar un trocito de cada cosa que he vivido.
No Comments