CRT 1 – TFT 0

Así de claro lo digo. Hace tres meses cambié mi monitor CRT por uno nuevo TFT buscando varias cosas: salubridad (trabajando diariamente con 1280×1024@60Hz un TFT sería un regalo para los ojos), mayor área de visión (aproveché el cambio para saltar de las 17 a las 19 pulgadas) y estética (inmejorable). Pero aunque a priori gané todas esas cosas, me dejé otras tantas por el camino, y ahora voy a vender mi monitor para volver a comprarme un CRT que son las que voy a explicar. Puede constar que era consciente de la mayoría de ellas, pero siempre se tiende a pensar el típico «bah, no será tan exagerado, y además con lo que avanza la tecnología…» así que aquí dejo algunas cosas que pueden interesar, a modo de referencia. Problemas de los TFT:

• Los colores oscuros. Sin duda lo peor de mi experiencia con este tipo de monitores ha sido la escasa calidad en colores oscuros, o dicho en otras palabras, lo que en un CRT se ve como un cuadrado negro y otro gris muy oscuro, en un TFT se ve como dos cuadrados negros. Este hándicap me ha dado problemas en al menos tres casos:
  • Al retocar y trabajar con fotografías con tonalidades oscuras. Una zona homogénea de penumbra de tu TFT se puede convertir en una zona llena de matices en un CRT.
  • Al diseñar mi propia web. Es evidente mi predilección por los diseños oscuros para mi web. Si tu TFT tiene el brillo alto o usas un CRT, verás como el interior de las rocas laterales no se funde con el fondo. Esto no está hecho adrede, es un error que cometí ya que al usar un TFT no distinguí en su momento dos tonalidades distintas, sólo veía negro. Este ha sido el primero, único y último diseño usando un TFT.
  • Al diseñar pensando en la impresión. Y no hablemos ya de imprenta o fotografía en papel, los motivos son nuevamente el hándicap de las tonalidades oscuras.
  • Al ver películas o jugar a juegos en los que predominan los tonos oscuros. ¿Es Neo, o es una mancha negra que se le parece?.
• No tiene resolución nativa. En un TFT los píxeles son «físicos», luego sólo podrás usar una única resolución con la calidad óptima (por suerte la máxima).
• Color, contraste, etc. Mencioné aparte el tema de los colores oscuros al ser algo muy evidente, pero en general la calidad de colores, el contraste, etc… sigue siendo mucho mejor en un monitor CRT, a pesar de que los TFT hoy día progresan muy rápidamente en este sentido.
• Refresco. Que no es exactamente lo mismo que la frecuencia. El famoso efecto de estela o ghosting fue la cruz de los TFT durante mucho tiempo, y aunque ahora con 8ms de retardo se ha mejorado mucho, aún se nota y puede ser importante si se es maniático con esto.
• Precio. En pocas palabras, un buen CRT es mucho más barato que un TFT de gama media.

En detrimento un CRT también presenta sus desventajas, claro está:

• Es mucho más pesado. A mí sólo me supondrá un problema cuando vaya de party.
• Consume más.
• Requiere más espacio. No ando sobrado, pero puedo volver a asumirlo.
• Cansa la vista. E incluso puede perjudicarla, pero esto ya es más relativo. Configurado a una frecuencia aceptable (si se puede, al menos a 75Hz) se equipara a un TFT. Si no se puede aumentar la frecuencia, habrá que bajar la resolución, y he aquí una de las primeras ventajas de un buen monitor CRT frente a uno «normalito» del mismo tipo.
• La calidad es difícil de encontrar. He tenido relativa suerte de poder encontrar a tiempo un buen CRT de gama media (de gama alta directamente imposible), pero estoy seguro de que cada vez será más difícil encontrar buenos monitores CRT, e incluso simplemente encontrar algún monitor CRT. Suponen en el mejor de los casos el 10% del catálogo de monitores de las pocas tiendas que sigen vendiéndolos.

Para el problema de los colores oscuros acabé usando un pequeño truco, que no es la solución definitiva pero puede servir de ayuda. Para asegurar que existe una diferencia de tonalidades oscuras en una imagen, sólo se tendrá que subir mucho el gamma del monitor mientras se edita o comprueba; se puede hacer por software y en mi caso lo podía restaurar en cualquier momento con sólo pulsar un botón (no tenía que voler a ajustarlo manualmente para volver al gamma correcto).

Concluyendo esta parrafada, como se puede ver las desventajas de un CRT son estéticas y físicas, mientras que las de un TFT están más bien relacionadas con la calidad técnica en sí. Tampoco pretendo desanimar a nadie que esté planteando la compra de un TFT, de hecho, lo considero muy buena opción para la inmensa mayoría de los usos que tiene actualmente un ordenador de sobremesa; incluso es válido para algunas ramas del diseño en donde todo es íntegramente digital, ahí no suele importar que un verde sea ligeramente más oscuro o ligeramente más claro, pues te enfrentas a millones de monitores con millones de configuraciones de brillo/contraste, etc…