Estrella invitada: Zarem

La entrada de hoy va a cargo de Zarem, gran escritora y mejor amiga, que cual bloguera en gira se va a encargar con un micro-relato, de sacar a Giingo del pequeño letargo que experimenta esta semana de Agosto.

«Perdida»

En la habitación sólo se veía una luz blanquecina al fondo, como si marcara el final de un tunel, como si esa fuera la meta de todo aquel que atravesara el mármol pulido del que estaba recubierta toda la estancia.

Mi mano sujetaba el pomo de la puerta, titubeante, esperando un ruido, una voz, un sonido que impidiera que diera un paso más. Silencio. Reuniendo todo el valor necesario, avancé suavemente, mis pies no emitian sonido alguno, como si las pisadas no quisieran distraerme de mi determinación. Miedo.

Entrecerrando los ojos en aquella semioscuridad intentaba ver el camino, cuando un chasquido paralizó todo mi cuerpo, que no respondía a mi deseo de seguir avanzando. Terror.

Alguien me sujetaba la muñeca con firmeza y aunque mi garganta deseaba gritar, sólo conseguía producir un ronco estertor… No, Zarem, es por aqui… Alivio.

(Crónica de mi desbordante fantasía y de porque siempre termino perdiendome).

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