Hoy he recuperado una fotografía que me ha hecho darme cuenta de lo que echo de menos mis escapadas solitarias al monte. Hace mucho tiempo que no voy, y es un gran delito sabiendo la suerte que tengo de tenerlo tan cerca de mi casa.
Cuando necesito inspiración, quiero relajarme o pensar, sólo tengo que coger mi bicicleta y en veinte minutos ya puedo oler a a resina de pino. Es una costumbre que quiero recuperar, y ahora que tengo una cámara digital puedo sacar aún más provecho de esas mini-escapadas. Apunte para la posteridad.
5 Comments
Llegue a tu pagina…me gusta vaya que sabes de todo esto! admito que soy un intento de aprendiz, esto de los blogs ha sido relajante y muy distinto a mi profesion soy arquitecto…asi que he sobrevivido…seguire por aqui…ah!! gracias por darme el nombre cientifico de Chencho…
Un beso en la punta de la nariz!!
La verdad es que ahora el tiempo me hace echarme para atrás, pero también disfruto cogiendo la bici de montaña y dándome una vuelta cerca del rio donde vivo (el Henares) y disfrutando de la poca naturaleza que va quedando. Pa desgracia mía muchas veces voy con un amigo y ese no disfruta de la naturaleza, directamente te revienta a pedalear xD.
Con lo relajante que es pararse un rato a escuchar el murmullo del río y los pajarillos (por cursi que suene).
Salu2!.
me encanta que tengas esos momentos yo aqui solo tengo el jardin lleno de crios jugando al futbol…
Decid que si, que no hay nada como la naturaleza :D
Mas bien que sea una nota mental XD