Hasta un oso de peluche en alguna calle de Amsterdam, abandonado y algo sucio, puede servir para expresar los más profundos sentimientos humanos y al mismo tiempo, representar una alegoría involuntaria de la decadencia de las relaciones humanas.
Hasta un oso de peluche en alguna calle de Amsterdam, abandonado y algo sucio, puede servir para expresar los más profundos sentimientos humanos y al mismo tiempo, representar una alegoría involuntaria de la decadencia de las relaciones humanas.
2 Comments
Qué bonita! Y qué lejos queda Amsterdam.
Sigo admirando tu forma de expresión desde mi invisibilidad.
Espero que no te moleste que use esa foto como perfil. Al fin y al cabo, ese oso soy yo.